Miel: alimento, mecidina, producto de belleza.
Si quieres parecer más joven y gozar de más salud, empieza a sustituir el azúcar por miel de calidad.
El azúcar, que se encuentra ‘escondido’ en la mayoría de platos precocinados, incluyendo los platos que nos ofrecen en los restaurantes, refrescos y coktails, no solamente aumenta nuestra cintura, sino que también contribuye a que aparezcan más arrugas.
Un nivel de azúcar alto en sangre, produce glicación: una reacción química que causa el envejecimiento. Este proceso, hace que disminuya la producción de colágeno en nuestra piel y ésta se vuelva fláccida y con arrugas acusando los efectos de la gravedad.
¿Mejor sustituir el azúcar por un edulcorante artificial? No, nos aportan tantas toxinas que no compensan. Si los utilizas, dobla el agua que tomas para deshacerte más rápido de estas toxinas.
Sustituye el azúcar por la miel. Necesitas menos cantidad para conseguir el mismo nivel de dulzura y por tanto, el aporte de calorías es menor.
Si practicas deporte y eres asiduo a las bebidas energéticas, prueba a sustituirla por un vaso de agua con dos cucharaditas de miel. El aporte energético es inmediato y se metaboliza más lentamente que la fructosa.
La miel es un antioxidante natural, antibacteriana y antimicrobiana. Como medicina está reconocida desde hace tiempo para paliar: dolores de garganta, tos, asma, fiebre, úlceras de estómago, diarrea, etc.
Como mascarilla es fenomenal: Aplica dos cucharaditas de miel en tu rostro y déjala actuar durante 10 minutos antes de retirarla con agua.
La miel purifica la piel y es ideal para reducir el exceso de grasa, paliar el acné y curar pequeñas heridas que pueda tener la piel. A su vez, es hidratante y penetra en la piel nutriéndola. ¡No es de extrañar que Cleopatra añadiera leche y miel al agua de su baño!
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