¿Por qué tenemos menos hambre en verano?
Si en invierno a veces nos apetece repetir un plato caliente, en verano nos apetece bastante menos las comidas cargadas. ¿Cómo es eso? Nuestro cuerpo en verano intenta mantenerse fresco, contrarrestar de alguna manera el calor que nuestro mismo organismo produce. Si en un día caluroso comes más de lo habitual, tu cuerpo deberá realizar un esfuerzo extra para refrescarse. Para evitarlo, lo que ocurre es que nos apetece mucho menos comer, o si comemos, desearemos comidas frescas y ligeras.
Por el contrario, en invierno, necesitamos comer más para mantenernos a buena temperatura ya que implica un mayor gasto de energía. El aporte de calorías debe ser entonces mayor y por eso nos apetece comer platos calientes y más pesados que en verano.
Si te fijas, cuando las temperaturas comienzan a ser elevadas, solemos escoger platos fríos o templados. Por eso las ensaladas y recetas como las de sushi y fruta fresca son tan populares en verano. Además de refrescar, son alimentos muy saludables.
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